Comentario con López-Dóriga
SCJN, última línea de defensa
Hoy hace tres meses que en este tu espacio y en El Economista critiqué la campaña iniciada desde la Presidencia de la República contra la presidenta de la Suprema Corte de Justicia Norma Piña.
En estos tres meses empeoró todo. Ya es diaria la ofensiva del oficialismo para atacar, denigrar y agraviar a los ministros de la Suprema Corte y al Poder Judicial, es clara manifestación de las peligrosas pulsiones autoritarias del régimen.
Defendamos a la Suprema Corte, porque es nuestra última línea de batalla, la última línea de defensa para defender a la democracia construida durante un cuarto de siglo, para salvarla de las tendencias autoritarias de la mal llamada “revolución de las conciencias”.