Reglamentar publicidad gubernamental

  Confieso que estoy más confundido que nunca por la decisión de la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia que ordena al Congreso hacer una ley que reglamente como debe aplicar el gobierno los recursos de comunicación social, para fomentar la libertad.

  No veo la relación con la libertad de expresión, de prensa y de información, pues creo que hoy, como nunca antes, los medios impresos y electrónicos gozan de una amplísima libertad para informar, editorializar y opinar sobre cualquier tema. Y con amplia libertad para criticar.

  Dice la primera sala que los medios de comunicación libres necesitan ingresos económicos suficientes.

  ¿O sea que sin dinero oficial no hay libertad? Ni siquiera imagino cómo se legislará, pues la brutal realidad es que algunos gobernadores no sólo niegan recursos a muchos medios locales, hasta amenazan a empresarios para que no les den anuncios.

  ¿Cómo reglamentar esa realidad, tan lejana de las fantasías de cubículo?

  Me temo que, para satisfacer esas fantasías, el Congreso tendrá que llamar al bíblico Sabio Salomón, para auxiliarlos en la redacción de la reglamentación.