CAMBIO DE GUARDIA

Alineadas las fuerzas

  Oficialmente las autoridades electorales han declarado iniciado el proceso para las elecciones presidenciales del 2 de junio de 2024, las más grandes de la historia, pues están en disputa más de 20 mil posiciones, desde la Presidencia de la República hasta regidores municipales.

  Si el Partido en el Poder, Morena y el Frente Amplio por México – PAN, PRI y PRD- tienen designadas a la doctora Claudia Sheinbaum y a la senadora Xóchitl Gálvez, lo provocó la formidable autoestima del Presidente Andrés Manuel López Obrador que decidió adelantar el proceso de la sucesión en su partido para crear tal inercia que la oposición, sin candidaturas viables hace cuatro meses, sería apabullada anticipadamente y la campaña de su candidata presidencial sería un paseo al sol.

  Se equivocó y, como el prestidigitador al que se le caen las cartas, tuvo que emplearse a fondo para convencer a la opinión informada y, claro, a la desinformada, de que la Gran Encuesta era una democrática disputa entre 6 distinguidos morenistas.

  Vale reconocer que su machacante y mañanera cantaleta de “ya no hay dedazo”, sumada a que cuando menos dos Corcholata si creyeron ser opción, ayudaron a que muchos, obligados por la corrección política y otros quien sabe por qué razones, manejaron informaciones y criterios editoriales que dejaban la impresión de que la Gran Encuesta no era el destape que los más díscolos veíamos.

  La figura de Marcelo Ebrard, quizá por inercias de su equipo, quizá por personales torpezas o porque alguien le hizo creer que eso quería el Presidente, con sus absurdos reclamos sobre las arbitrariedades oficiales con que se cargaron los dados a favor de la que siempre fue la candidata oficial, fue útil al Presidente, pero sólo por un momento, ya no, a menos que Palacio le encuentre un rol como “compañero de viaje”, sólo una ventolera generosa impedirá su defenestración.

  Así, a nueve meses tres semanas de la elección presidencial, salvo que se incorpore una tercera candidata opositora, ya están alineadas las fuerzas políticas, sociales y económicas de la República para pelear por el Poder de la República y decidir si después del 2 de junio próximo México se acercará más a una consolidación autoritaria o hacia la gestión de un gobierno dividido, turbulento, sí, pero democrático.