CAMBIO DE GUARDIA
Quieren prostituir la justicia
Quizá no debería quien esto escribe hacer un juicio apresurado sobre la declaración de la candidata presidencial de Morena, la doctora Claudia Sheinbaum, en la que se compromete a llevar a cabo la reforma al Poder Judicial propuesta por el Presidente López Obrador para, según dijo, “democratizarlo”.
Sabe ella, como lo sabe el Presidente, que ya raya en lo inmoral la descalificación que se hace del Poder Judicial, como si fuera una de esas modernas autonomías que tanto irritan a la Presidencia Imperial, y como si no se tratara de uno de los tres poderes de la Federación, el Poder que garantiza protección a los ciudadanos contra las arbitrariedades y abusos de poder de las autoridades.
El histórico constitucionalista Emilio Rabasa explicó: “la elección popular no es buena para hacer buenos nombramientos, sino para llevar a los poderes públicos funcionarios que representan la voluntad de las mayorías. Los ministros, magistrados y jueces no pueden, sin prostituir la justicia, ser representantes de nadie, ni expresar ni seguir voluntad ajena ni propia”.
Lástima, pero tanto el Presidente como su candidata al “democratizar” el Poder Judicial, en palabras del constitucionalista Rabasa, quieren prostituir la justicia.
Todo porque a once meses y días del fin del sexenio ha surgido un irrefrenable impulso por controlar no sólo la vida pública nacional, por someter a los 130 millones de habitantes de México a una sola voluntad política e ideológica.