Cambio de Guardia
Seamos realistas
No nos sorprende que, como algunos dicen, a lo largo de esta campaña electoral que, afortunadamente termina con la elección del próximo uno de julio, se hayan exacerbado diferencias, pues cada fuerza política, para ganar, necesita sembrar el descontento y la discordia en la sociedad, descontento y discordia que explotan electoralmente.
Y, como en cada elección, durante la campaña se siembran ilusiones y utopías entre las y los ciudadanos, mediante innumerables promesas que, si se pudieran cumplir, harían de México el paraíso en la tierra.
Es realista reconocer que más allá de las desilusiones que vendrán a lo largo del próximo sexenio, ahora, cuando estamos por ir a elegir al nuevo gobierno de la República, como todos los sexenios, se renueva la esperanza de que todo cambie para bien. Después de todo el mantenimiento de la esperanza es la clave de la estabilidad en todas las democracias.
Lo anterior, claro, no encaja en los dogmas de los especialistas en política, pero si, queramos o no, encaja con la realidad anímica de las y los ciudadanos.
Por eso tantos ofrecen cambiar la realidad, nuestra realidad. Seamos realistas, no nos ilusionemos demasiado, para luego no desilusionarnos.