DOMINGO

Evitar la diáspora

  No debe sorprendernos que el Gobierno del Presidente López Obrador decida cerrar filas a 24 meses de que termine el sexenio y al descubrir que no les alcanzó el tiempo para hacer lo que quisieron y que, pese a su voluntarismo, dejaran muchos pendientes al próximo gobierno.

  Sabe, sabe bien, que necesita a los más leales y confiables, a los de probada lealtad, para que, al mismo tiempo que lidia con las inminentes dificultades de una eventual crisis económica, mantiene el control, no sólo de la sucesión, sino también de la elección.

  Sabe, y sabe bien, que una vez destapada la candidatura presidencial, empieza la diáspora. Tratará de que no sea como antes, cuando sólo los más leales permanecían con el Presidente. Eso, se ha dicho, no le puede pasar a un líder de su carisma y dimensión histórica.