DOMINGO
Ambiente tóxico
No debiera sorprendernos que a 11 meses y semanas de las elecciones que el ambiente político y social se empiece a emponzoñar, pues otra vez estamos en el umbral de que las fuerzas políticas, sociales y económicas de México se alinean en la disputa por el Poder que es el proceso electoral.
Aun así, es probable que la obsesión de que la “revolución de las conciencias” necesita cuando menos dos sexenios más para hace realidad su proyecto de Nación, haga de la campaña y las elecciones del 24 una de las más sucias de los tiempos recientes.
Eso explica la violencia de la ofensiva presidencial contra la senadora Xóchitl Gálvez y que la prioridad sea anularla desde ahora como adversaria en la elección.
El desparpajo de la senadora ha incomodó a Palacio, tanto que ha lanzado todo el peso de la maquinaria propagandística del Estado, del Gobierno y del Partido Oficial para descarrilarla.
El ambiente es tan tóxico que el Frente opositor tendría que pensar desde ya cómo custodiar a Xóchitl Gálvez, cuya seguridad ya es asunto de Estado.