DOMINGO

Atraer los reflectores

  Innegable el talento táctico y estratégico del Presidente López Obrador para la política electoral.

  Es una simpleza creer que Marcelo Ebrard se revelara contra el guion para la sucesión presidencial que les dictó el Presidente López Obrador. ¿Por qué? Porque a él desde Palacio sólo le dirían: “calláte, Ché, que vos tenés tu historia”.

  Pero probó que el guion presidencial puede ser flexible, si las circunstancias lo exigían.

  Así “le mise en escena”, la puesta en escena, que es “el conflicto en Morena” sirve para dos propósitos

  Le quitó atención a los foros de los tres aspirantes del Frente Amplio y la concentró en el “conflicto” de Morena.

  Al mismo tiempo, ha conseguido que algunas de las inteligencias más lúcidas hayan empezado a creer que podría no haber dedazo.

  ¿Cree, amable lector, que el Presidente, tan angustiado por pasar a la historia y preservar su Cuarta Transformación, arriesgaría el legado dejando las decisiones políticas electorales más importantes al arbitrio de los caprichos populares?